Mariano López Caldara es periodista. O más bien intenta serlo. Tiene talento. Pero un compromiso nulo con la vocación de escribir. Comparte con Hunter S. Thompson y el ficticio Spider Jerusalem de Transmetropolitan, además de la profesión, una mala leche importante a la altura de su retorcido sentido del humor. Pero con el periodismo gonzo no quiere tener nada que ver. De hecho, si no le molestara tanto su familia adinerada, viviría holgadamente de la plata de mamá y de papá. Justo ahí, cuando se está por tragar el orgullo y pedir que le adelanten algo de su herencia, le cae literalmente del cielo una oportunidad laboral. Y es en donde esta aventura comienza.

Humana, entretenida y carismática. Nocturna, reflexiva y popular. Como los discos de Massive Attack y del Oasis de esa época que acá se convierten en banda de sonido; la novela de Leandro es un viaje no solo hacia el viejo continente y nuestra espiritualidad, también es un recorrido hacia los géneros literarios que nos apasionan y una declaración amorosa a esos seres, a esos autores y a esos lectores que siempre vamos a abanderar.