“Se termina el duelo por un hijo? ¿Y por un bebé que nace sin vida?”, se pregunta Yael Lichtmann en una parte de este testimonio. Un año después de haber perdido a su hijo Matías, pensar qué le respondería su hija cuando fuera adulta, si le llegara a preguntar cómo hizo para soportar semejante dolor y seguir viviendo, la impulsó a escribir su experiencia.

En estas páginas, la autora narra la evolución de la cruel enfermedad de Tay-Sachs, la impotencia ante la imposibilidad de detener su avance, los cambios necesarios que tuvo que hacer en sus rutinas diarias, y también los momentos de disfrute e intercambio familiar, los recursos que fueron generando entre todos para que ese recorrido, no deseado, que no estaba en los planes de ninguno, pudiera ser atravesado de la mejor manera posible, sin que se convirtiera en un final anticipado.

Escrito con sencillez y autenticidad, lleno de pasajes conmovedores y reflexivos, este testimonio es, como promete el título, un abrazo de amor eterno para el hijo que se fue. Y es tambíen un homenaje a la vida, a la capacidad de resiliencia humana. Una invitación a rescatar lo mejor de uno mismo aún en las peores circunstancias.

Los fondos recaudados por la venta de este ejemplar serán destinaods a fundaciones que buscan la cura y brindan asistencia a pacientes con Tay-Sachs y a sus familias.