Dijo Mario Muchnik, editor español de Jorge Andrade, sobre su anterior libro de cuentos:
“J.A., que ya dio pruebas de su maestría en el campo novelístico, publica ahora este libro de relatos (Ya no sos mi Margarita) en el que maneja el género con pulso de cirujano… Como el Borges de la esquina rosada, como el Cortázar de la continuidad de los parques, como el Quiroga de la gallina degollada, Andrade hace reír o temblar sin perder la frialdad y el distanciamiento del gran escritor”.
En la nueva colección de cuentos de Jorge Andrade, Nunca llega a amanecer el autor mantiene la misma firmeza de pulso para diseccionar el cuerpo social de su país, Argentina, y el de otros enclaves del mundo en los que vivió en sus treinta años de expatriación. Hoy, su modo de mirar, su técnica de expresión propia del género cuentístico, que no es la observación abarcadora de la novela sino la voluntaria limitación del campo visual, hurga en la llaga del siglo elevándola al rango de síntoma. Así resalta ante los ojos del lector las patologías que padece el ser humano del tiempo posmoderno: la búsqueda de la satisfacción de los deseos mediante un hedonismo superficial, el desapego, la banalidad de las relaciones, la desvalorización del amor a cambio de vínculos 2 destinados a realzar el éxito personal, la tristeza y la angustia; todo lo que lo lleva a un resultado inexorable: el fracaso vital y la soledad.
Este trabajo de encaje literario lo realiza Andrade sin dejar un solo hilo suelto ni evidencias de los mecanismos de elaboración y sin perder jamás, como lo señaló Mario Muchnik, el distanciamiento, la ironía y la frialdad del gran escritor.